A los buenos días!
Cuaderno de bitácora...
Lejos de estar cansados después de la carrera urbana, tomamos la decisión de ir a buscar nuevas emociones, y se nos ocurre la flamante idea de buscar una vía ferrata, en este caso, Montejaque.
Nos recogemos de la carrera, despedimos a los pobres compañeros que se tienen que ir a trabajar (que les sea leve señores) recogemos los materiales necesarios e innecesarios también, go-pros, réflex algo de ropa montañera y a los coches.
Buscamos un bar que esté abierto para tapear algo, y cuando dimos con el, parada reglamentaria, para hidratarnos y llenar el boquete del estómago que llevamos (que no es pequeño!).
Una vez terminados, miramos por internet información sobre la vía, pero nada claro, así que Sandra tira de teléfono y realiza gestiones para dar con la vía, la cual según parece, tiene problemas para acceder desde abajo por que cruza una parcela privada y al dueño no le hace gracia, así que buscamos una entrada intermedia.
Llegamos al parking, colocamos los coches y empezamos a equiparnos (unos mas que otros).
Una vez estamos listos, hacemos una foto de rigor de la buena compañía que nos acompaña antes de darnos la paliza.
Nos despedimos de nuestros seres queridos, aunque luego se vendrán con nosotros para coger cuantos frutos se le pongan por delante para darnos el atracón, aunque todavía están algo verdes.
Primeramente nos metemos entre pecho y espalda una subida potente, menos mal que está cementada! Luego un giro inesperado a la derecha, que como algunos no esperan, los demás nos lo saltamos, somos así, ¡llamadnos rebeldes!
El acceso se realiza por una vaguada algo empinada, húmeda debido a la niebla y la fina lluvia que nos cae, así que bajamos el ritmo para no cometer el error de lesionarnos o pasar un mal rato.
Resulta que el acceso intermedio da con la ferrata en el punto medio, donde ya dejamos una tirolina de unos 35 metros atrás, localizamos el acceso inferior para el próximo día, ya que hoy vamos muy justos de tiempo y encima el tiempo no nos acompaña aunque nos respeta un poco.
Aprovechamos esta estupenda repisa para decidir el futuro inmediato: la hacemos, seguimos bajando, nos vamos...? Mejor poco que nada! vamos a hacer el segundo tramo.
Terminamos de equiparnos, dar unas nociones básicas sobre el manejo del equipo, manera correcta de progresión y decidimos el orden de ascensión: Caro, Sandra, Rabbit, Sele, Rocio, Emi y Stefy
Después de mucho trepar, ayudar, reír y putear (pero de buen rollo) llegamos arriba todos sanos y salvos, unos flipando, unos acalorados, unos cuantos lejos y otros resbalando.
Con el apenas resplandor de lo que queda de sol, tomamos el camino de vuelta, teniendo cuidado con la caliza mojada, que se las gasta, Rabbit fue la única que trajo algo de luz, los demás, como si fuéramos enanos del señor de los anillos, nos adaptamos a la oscuridad y continuamos la marcha. Jugamos un poco al "salto la valla", y ya de nuevo en el camino de cemento acometemos la última bajada del día, donde Lydia a dejado los coches listos, motores encendidos, calefacción preparada... todo un lujo. Desmontamos material, recuento general, revisión de heridas, ligero tentempié y nuevamente a buscar un bar, pero el destino es traicionero: Todos los bares de Ronda cerrados, pero esto que es?? vaya rollo, y el único que hay nos dice que en la terraza, a la fresca! Pues nada, disculpe las molestias pero seguiremos nuestro camino
Llegamos a Málaga, donde nuestros caminos se separan nuevamente, despedidas, risas, abrazos y el sabor de un domingo bien completito en nuestro recuerdo, a ver que se nos ocurre para el siguiente!!
Un abrazo XXL, Milio :D
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